Innovador, especial… único
Pocas veces se utiliza la palabra “único” para referirse a cosas concretas de la vida, pero, “Tullidos” lo ha conseguido.
¿Has pensando alguna vez en que pasaría si tus actos más despreciables tuviesen consecuencias de la misma índole? El protagonista de esta historia, mediante progresivas puestas en escena surrealistas y arriesgadas, encamina una historia a la que tienes que mirar con ojos atrevidos y sobretodo, diferentes. No se trata de un montaje teatral cómo el que ya estamos acostumbrados a ver, es mucho más que eso. Un cuadro tétrico y sobretodo, muy especial.
El arriesgado montaje de Manu Medina hace vibrar al público con cada palabra consiguiendo vivas una situación extraña y preciosa. Creces como espectador a lo largo de la historia ya que, como espectáculo, pocas veces, he visto algo semejante. Hay que dejar a un lado toda lógica y explicación para dejarse llevar por la rompedora historia que nos ofrece un gran dramaturgo y director.
La tragicomedia protagonizada por Cristo Barbuzano, Eva Bedmar, Javier Crespo y Eduart Mediterrani navega en un mar de emociones dramatizadas con un control del espacio y las palabras, inexplicable. La acción de texto es brillante a cada verso de la obra, acompañado de una interpretación digna de ser aplaudida de forma que jamás cesen esos aplausos.
Para los más curiosos, no perdáis de vista esas cintas blancas cosidas en el suelo… crecen, crecen y crecen… hasta que simplemente, explotan.
Mensajes, moralejas, magia y reflexión a cada minuto. Es difícil describir una obra como esta, no como algo negativo, sino, cómo algo tan sumamente positivo y a lo que no estamos acostumbrados a ver, que hacen se erice el bello al pensar en ciertos momentos.
No puedo más que felicitar y sobretodo agradecer a esta increíble compañía teatral, el que dejen a la Sala Tarambana con uno de los mayores espectáculos que he podido ver.
Felicia, siéntate conmigo a ver esta maravilla…
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