El arte inclusivo son todas aquellas disciplinas artísticas que trabajan la inclusión en los lugares más recónditos del alma humana.

4/10/21

El aquí y ahora, por Manu Medina

Aquí y ahora: Es el lugar y el momento del trabajo del actor. Por el imperio y las leyes propias de la representación dramática todo lo que acontece en el escenario está desarrollándose en un aquí y ahora que se requiere para la creación. Cualquiera sea el tiempo que un interprete explore en el contexto dramático estará vivenciándolo "como si", en el aquí y ahora imaginario de su representación dramática.


Nada existe excepto el "aquí y el ahora". El ahora es el presente, es aquello de lo que me doy cuenta, es el momento en el que estamos. Es necesario comprender, que el ahora es l aceptación de lo que vivimos, sentimos, estamos, somos. 

El aquí y ahora  es el punto  de  partida, pero también es el punto de llegada, ambos son el punto cero, una nada, eso es el ahora. El pasado ya pasó y el futuro está por venir. Sin embargo, las exigencias artísticas nos obliga a vivir el aquí y ahora bajo el yugo de la impostación, de la falsa verdad, del parecer que estoy en lo que estoy pero que en verdad estamos en las exigencias de modas, dimes y diretes. 

El Aquí y ahora por Claudio Naranjo
La vida se sucede, y hay que dejar que se suceda, Lo mejor de la vida no atiende a planes o programaciones. La mayoría de las veces basta con dejarnos llevar, con permitir que las cosas sucedan por sí mismas, con la sutileza de la casualidad, con la apertura de quien se abandona a la escena y no espera nada, pero en verdad… lo sueña todo.

Vivimos en el tiempo vamos del pasado hacia el futuro, pero sólo nos hayamos en un momento, momento en el que el público viene a vernos porque sabe, que aún sabiendo que es una convención lo que va a ver, viene a convencerse de que lo que ve es placentero, es real, y es ahora cuando se ejecuta, es de carne y hueso, es humano, todos los planteamientos puramente mentales deben desaparecer para darle paso al cien por cien de la experiencia.

Y cuando no estas atento a la experiencia misma, la mente se te llena de cosas que no sirven para nada, que no sirven para el aquí y ahora, nos perdemos en todo aquello que nos aleja de la vivencia misma, el actor intelectualizado, el que tiene que explicar la escena, el que no siente ni padece, el que sale del escenario sin el más mínimo atisbo de emoción, de vida, de transformación.

Querido lector, lectora, a continuación te muestro una parte del texto de la película “el guerrero pacífico”, dirigida por Víctor Salva, en ella podrás ver de manera más clara lo que en este capítulo queremos decirte:

A diario tenemos miles de pensamientos aleatorios que no nos sirven para nada. Ninguno de esos pensamientos dice nada de tu verdadero ser, de tu esencia y lo paradójico es que la mayoría no te ayudan nada a tener una vida plena y coherente Llenarnos la cabeza de pensamientos que no necesitamos. Sacar la basura, es sacar todo aquello que no necesitamos, todo aquello que nos distrae de lo realmente importante; este momento. Aquí y ahora.

Deja de buscar información del exterior y busca en el interior. No da miedo hacerlo pero es el único sitio donde podrás encontrar las respuestas que necesitas.

Todo el mundo te dice lo que es mejor para ti. No quieren que busques respuestas sino que creas en las suya.

Se puede vivir toda una vida sin despertar y esto me recuerda una maravillosa frase que me encontré hace unos meses «No esperes 5 días a la semana, 11 meses o toda un vida para ser feliz. No esperes el fin de semana, las vacaciones de verano o la jubilación para ser feliz».

La muerte no es triste, lo triste es que la gente no sepa vivir. No busques ser perfecto e invulnerable. La vida se trata de lo contrario, hay que ser frágil y vulnerable ya que en cada experiencia encontrarás el combustible para tomar conciencia de tu ser. Cada experiencia es tu entretenimiento. La realidad es la respuesta.

La vida es elegir ser una victima o cualquier otra cosa que te propongas, y si no consigues lo que quieres sufres y hasta cuando lo consigues sigues sufriendo porque no puedes conservarlo para siempre. No hay nada que perdure. Asúmelo.

No tienes que rendirte a tus sueños, tienes que rendirte a lo que nunca has tenido ni nunca tendrás; el control absoluto de todo.

El viaje aporta la felicidad, no el destino. Puede ser que lo consigas o no , pero siempre serás excepcional en ambos casos.

“Un guerrero actúa, el tonto sobreactúa”.

Aquí y ahora, es el lugar y el momento de la dramatización. Por el imperio y las leyes propias de la representación dramática todo lo que acontece en el escenario está desarrollándose en un aquí y ahora especialísimo, el tiempo y el espacio que son propios de la dramatización. Cualquiera sea el tiempo que un protagonista explore en el contexto dramático estará vivenciándolo "como si", en el aquí y ahora imaginario de su representación dramática.

La clave en el trabajo del actor es siempre ser específicos. Un lugar específico, un olor específico, un gusto específico, querer ir a la escena con todo un cargamento de circunstancias previas, de objetivos preestablecidos, de dramatizaciones selladas con el cuño de lo inamovible, emociones estudiadas delante de un espejo para luego reproducirlas, partituras de acciones que nos marcan hasta el pestañear de una mirada, etc. todo eso, a lo único que nos puede llevar es a la parálisis total y a la impenetrabilidad de las acciones más genuinas. La vida pasa a ser una caricatura de ella misma. Tampoco nos vale la verdad como herramienta de trabajo, esta demasiado sobrevalorada, el trabajo del actor no tiene por que ser de verdad, esos son conceptos para contextos, pero no para jugar. Es el juego el que tiene que apoderarse de la escena, es el regodeo de la recreación con la acción, con la palabra, con el vestuario, con la escenografía, etc. En definitiva es la alegría del “Aquí y ahora”  

... Para trabajar el lugar no hay que recordar los objetos del lugar con la mente sino buscarlos en el lugar en que estoy, aquí y ahora, comparar, tocar, etc. en definitiva, estar estando.

En el mundo del teatro me encontrado un sin fin de dificultades para desvalijar a nuestro cerebro del un sin fin de pensamientos y palabras que de manera automática nos invade y nos prejuicia, y que por lo tanto nos bloquean más que nos liberan, a veces pienso que “yo no pienso” que “los pensamientos son los que me piensan a mi” 

He de decir que  en el mundo de la discapacidad intelectual y el teatro, al no tener estas personas tan arraigado el peso indiscutible del cómo se debe ser o no ser, de que ellos y ellas saben que no son nada sin el otro, de la capacidad que tienen de saber que necesitan de otros para vivir, de la facilidad que tienen de desembarazarse de arraigos sociales, de olvidar pactos de conducta, de adentrarse al mundo imaginario de la creación, de vivir el como si de manera propia y sin corte y pega, etc. Todo esto convierte a este colectivo humano en un manantial inagotable para la creación, donde el mundo de la creatividad, y debido a sus NO capacidades intelectuales, estas personas se han convertido en el centro de mi vida. En este sector poblacional al abandono al aquí y ahora es  holístico y casi mágico.

Pues bien todas esas capacidades, de credibilidad intrínsecas al mundo mágico, toda esa necesidad invocatoria, ritualista, la necesidad de dividirse en múltiples vidas,  todas esas puertas que se abren en el corazón de las personas, etc.… todo eso lo encuentro en las personas con discapacidad intelectual.

Debemos regresar a lo primigenio del arte, es decir a lo genuino, lo creativo, a salirnos de los tópicos, a revivir el aquí y ahora de cada momento escénico, a salirnos de lo individual y volver a lo grupal como único camino para la creación. si queremos cambiar/cambiándonos, debemos pues regresar a las fuentes. 

Y estas a mi juicio se encuentra en el mundo de las personas con discapacidad intelectual, estas personas conocen muy bien el elixir de la creación.


No hay comentarios:

Publicar un comentario