En las situaciones en las que estoy perdido del cansancio y cegado de mi mismo, la comunicación se me hace oscura y lenta. Los párpados de los ojos se me deslizan hacia los lados y las piernas se confunden con el asfalto, y la luz del día y el olor a primavera se me pasan desapercibidos. Pero al día siguiente me levanto a las 08:30, desayuno y a las 09:30 subo al autobús, llego, presiono el telefoníllo, 5º A, 1ª escalera. Y la desesperanza se fulmina, hoy toca definir el nombre del espectáculo, tomamos un te, charlamos y nos vamos a dar un paseo. ¿Susi? ¿Tienes idea de como llamaremos a esto que estamos haciendo. "ni idea" (me responde). Empezamos a decir estupideces, una tras otra, nos reímos y nos volvemos a reír, y al final cuando casi llegamos a casa y después de muchos nombres ¿y que te parece? Solfea da la nota. Nos miramos patidifusos emocionados y sorprendidos. ¡eso! ¡eso es! Solfea da la nota.
Nos abrazamos, y yo regreso a casa, pero esta vez la primavera y la luz del día, si las veo, si las noto, si las huelo.
Hasta el martes Susi. Hasta el martes Manu.
Qué bueno que ya tengáis nombre!!!! Me encanta!!!!! Hablamos, que tendrás muchas cosas que contarme. Felicidades por tu blog, te invito al mío:
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Besitos, lindo!
Elisa.