El arte inclusivo son todas aquellas disciplinas artísticas que trabajan la inclusión en los lugares más recónditos del alma humana.

22/10/25

Lo siento 2ª, comienzan los ensayos. Manu Medina

DESCRIPCIÓN DE RICO, EL PERSONAJE CENTRAL.

Esta historia nos invita a un viaje personal y conmovedor, hacia el singular mundo de un títere. Si, si, un títere con discapacidad que, con cada movimiento de sus manos, nos enseña sobre otras maneras de estar en el mundo. La particularidad que lo hace único es un secreto que solo el público comparte: él sabe que es un títere, pero ignora por completo que vive tiene discapacidad.

Más allá de ser una simple historia, es el relato de la sonrisa constante de un ser casi único, impulsado por una curiosidad innata y una energía contagiosa. A través de los años, con cada relación con otros, cada mirada y cada experiencia, este títere irá desvelando las distintas maneras que tiene un ser de vivir. Nos mostrará cómo lo que pensamos de nosotros mismo y lo que los demás piensan de nosotros puede dar a equívocos, y cómo la verdadera esencia de un ser no reside en las etiquetas, sino en la riqueza de sus emociones, sus capacidades y su inquebrantable espíritu. Es el testimonio de cómo uno aprende a aceptarse a si mismo.

Nuestro entrañable amigo era la personificación de la alegría. Un "¡Hola! ¿Cómo estás?" efusivo brotaba de su boca sin esfuerzo, saludos que compartía con cualquiera, sin reservas. Viajaba por todas las emociones sin pudor, con tal libertad de ser. Sus amigos sabían instantáneamente su estado de ánimo con solo mirarlo. ¡Era inconfundible! Como si llevara un letrero luminoso en su sombrero, si, si porque siempre llevaba un bombín.Desde pequeño estaba acostumbrado a ser mirado, lo miraban paseando por el parque, lo miraban por la calle, a través de una ventana, lo miraban el autobús, lo miraban cuando corría, cuando dormía, siempre. En su inocencia, atribuyó esas miradas a su naturaleza amigable, a su encanto de casi "guapo" y a la sonrisa que siempre dibujaba. Nunca, nunca, nunca se lo cuestionó. Su vida temprana fue un remolino de contagiosa alegría.

Hasta que, en un fatídico día, mientras soplaba las 14 velas de su tarta de cumpleaños, un murmullo se apoderó del aire, ahogando el suave soplido. Bocas pequeñas y palabras entre dientes, como el graznido de una urraca, llenaron la estancia. Fue entonces cuando una revelación dolorosa lo golpeó: aquellas miradas no eran por ser simplemente un títere. Sin querer queriendo, entre el eco de aquellos cuchicheos, una palabra se filtró en su conciencia: "discapacitado".

Esa palabra, y otras similares, lo perseguirían incansablemente durante toda su vida. Empezó a cuestionarse si era diferente a los demás, o si, quizás, tenía "moscas en la cara". La gente que no lo conocía decía que no se parecía a nadie, que era raro, sus compañeros de clase le incriminaban que no sabía leer, ni escribir, ni manejar una bicicleta.

Llorando a moco tendido balbuceaba que, no sabía hacer esas cosas pero que, si sabía bailar, ¡Sabía mover los brazos y dar abrazos que curaban el alma! Sabía llorar con las manos abiertas, y alegrarse con la misma intensidad. Sabía acariciar, sabía comer, y hacer la cama, -esta era su especialidad-, sabía darle de comer a su perro, y cantar. Correr y soñar, e Incluso tenía el don de hacer reír y de conmoverse hasta la tristeza.

Nuestro títere tenía una habilidad verdaderamente asombrosa, algo que quizás nunca hayas visto: ¡la de multiplicarse! Sí, lo leíste bien. No es que se dividiera en varios títeres, sino que era una persona tan única y singular que tenía muchas maneras de ser.

Imagina esto: un día podía ser alto, otro gordito, o incluso flaco. A veces era guapo, otra guapa. Podía llevar gafas un día y al siguiente, no. Era, en esencia, un ser cambiante, lleno de muchos sentimientos y muchas emociones diferentes.

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