Si la discapacidad intelectual según la OMS es la adquisición lenta e incompleta de las habilidades cognitivas, podemos decir que el nivel de conciencia es menor que en las personas que no tienen discapacidad intelectual, por lo tanto el nivel de conciencia en el proceso creativo es también menor, por lo tanto el grado de libertad de ser, de crear, de sumergirse en el mundo imaginario es, por lo menos un poco mayor que en personas que no tengan discapacidad intelectual, ya que la capacidad de estructurar, la función del Neo córtex es valiosísima para el crecimiento y la vida humana, pero al mismo tiempo todos los pensamientos automáticos, venidos del contexto social, también nos determina y frena en los procesos creativos.
Esto nos habla de que el simple hecho de que tenga una menor conciencia tanto de su vida, como de los procesos creativos esto convierte a este colectivo humano en seres con capacidades innatas para la creación.
Si a esto le sumamos el entrenamiento adecuado, e intentando respetar en todo momento sus capacidades y no ir en contra de ellas, convertiremos al futuro actor, actriz en verdaderos hacedores del arte.
En el teatro Brut no queremos que la educación artística se quede en memorizar textos, que en la mayoría de los casos, va a suponer una gran dificultad en personas con discapacidad intelectual. Lo que queremos es trabajar para entrenar la creatividad en los procesos artísticos, abandonarnos a la imaginación y sentimientos para luego y desde una buena escucha por parte del equipo de dirección anotar, registrar todo aquello que sea enriquecedor para la obra que tenemos encomendada. No queremos limitarnos a repetir textos ni reproducir modelos estándar de educación.
La realidad es engañosa, pues sólo percibimos el pensamiento previamente seleccionados y dependiente de nuestra forma de ser, creemos que nos comportamos en base a nuestros razonamientos, cuando, en verdad, diferentes estudios han puesto de manifiesto que el pensamiento inconsciente determina nuestra conducta, mas que el pensamiento consciente. Es por ello que en la comunidad científica se comienza a aceptar que el pensamiento inconsciente afecta a todos los aspectos de la conciencia.
La baja conciencia del hecho creador es debido a la merma de dicha conciencia, en dicha inconciencia es de donde surge el mundo genuino. El origen de la palabra genuino se encuentra en el vocablo latino genuīnus, se trata de un adjetivo que alude a aquello que es justificado, fidedigno o real.
Lo genuino se asocia a lo auténtico.
La creación y el arte necesitan entre otras cosas, de la energía creativa fluyendo sin obstáculos; no puede emerger cuando el flujo de esa energía está limitado por formas y maneras preestablecidas, que ya cumplieron su función y están superadas, aunque se presenten bajo el rótulo de arte contemporáneo o en nuestro caso de arte inclusivo. Las transformaciones necesarias para la aparición de la genuinidad del arte no se refieren tanto al medio por el cual ella se presentará, sino al nivel de compromiso que tiene el ser humano consigo mismo, con la entrega inconsciente y consiente hacia aquello que ocurre en el aquí y ahora del acto creativo.
En el teatro Brut la baja conciencia de lo que se debe o no hacer, y viéndose a sí mismos como personas marginales por cualquier motivo o razón. Cercano a lo inconsciente y donde la falta de prejuicios puede ser uno de los ingredientes. Esta es una de las bases para entender lo que significa el teatro Brut.
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