El arte inclusivo son todas aquellas disciplinas artísticas que trabajan la inclusión en los lugares más recónditos del alma humana.

12/5/21

La Inclusión que excluye, por Manu Medina

Asumo que ser el perrito faldero del técnico de cultura de turno, te garantizará todas las posibilidades y recursos a tu disposición. También sé que cuando tienes un san benito colgado y entras en lo que algunos llaman “lista negra”, lista que por otra parte no esta escrita, pero sí impregnada en los corazones de aquellos que no te quieren,

 ese… “no te quieren” 
se traduce en algo muy parecido a… 
“¡a este!, ¡ni se te ocurra!”.
Tremendo golpetazo, tremendo susto, tremenda insensatez.

En un encuentro teatral inclusivo de notable audiencia donde los sabios se reúnen, deliberan y deciden que a un servidor, a “este que os escribe”, deciden que 
¡no me quieren¡
Palabras las siguientes que me repite una persona del propio Ministerio, que al cambio de legislatura tumban, humillan y aíslan al rincón del olvido.
 
“Manu, los del ministerio no te quieren”
A lo que yo le respondo: ¿Y por qué?
Y tras reflexionar muy fuerte, fuerte, fuerte y fuerte, la ministeriosa técnica responde:
Porque…¡NO LES CAES BIEN!
 
Las verdaderas razones son calladas y susurradas en pasillos plagados de dimes y diretes. Yo lo justifico con: “tal vez” ¿esto sucede por mi excesiva carga tetosterónica?
 
Los criterios artísticos, la declaración de lo que es bueno y malo, y de lo es decorosamente correcto, son derivados y multiplicados en susurros de pasillos pagados con halagos y promesas.
 
Esto, yo sé bien que no es creado por visiones políticas; también sé que todos estos técnicos y técnicas, acomodados y necesitados unos de otros, van a estar de por vida, y como siempre, existirán.  No entraré en la contienda, no jugaré a la disputa del “quítate tú para ponerme yo”. 
 
También os digo, queridos y queridas, que hay más vida fuera de las paredes del tecnicismo institucional teatral: las nuevas tendencias escénicas de este bello arte inclusivo, surgen de cientos y miles de sillas de ruedas, de capacidades que jamás sabréis cómo gestionar. Porque la discapacidad: no siempre es rentable, no siempre sabe leer, no siempre puede caminar, no siempre habla, no siempre se aprende textos, no siempre están encamados. 
 
En estos momentos aparecen nuevos conceptos que nos hablan de otras rentabilidades. En las calles ya no se habla sólo de lo profesional o de lo aficionado, también se habla de cambiar, de mover montañas,  de renovar los llantos y convertirlos en aceptación. 
 
Nosotros los de las calles no trabajamos con los guapos de la discapacidad, trabajamos con todas las personas; porque esos criterios ya son viejos, arcaicos, fuera de nuestro tiempo. Nosotros los de las calles, hacemos teatro con todo aquel que quiera vivir la vida a través del escenario.
 
Porque no es verdad que haya una mirada diferente. Porque no es verdad que la palabra inclusión sea una realidad. Porque no es verdad que el mundo del Teatro haya cambiado tanto. Porque no es verdad que ser único sea entendido.
 
Porque sí es cierto que tanto una mirada diferente como la inclusión, son objetivos y no realidades. No es una realidad ni por las propias instituciones ni por la sociedad que la rodea.
 
Escoger a los que creéis que son guapos de entre los que creéis que son feos, eso no es inclusión: eso es DISCRIMINACIÓN.
 
Dirigido a ministerios, ministerias, técnicos, técnicas de algo que si nos une el TEATRO


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