“Lo siento, yo no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio, no quiero imponer a nadie, ni conquistar a nadie.
Quisiera abrazar a: judíos… gentiles… negros… blancos… Todos queremos ayudarnos entre sí, los seres humanos somos así.
Quiero vivir para la felicidad tuya, mía, de él, de ti, de ella. No deseo su mal. No quiero odiarte aborrecerte.
En este mundo hay lugar para todos y nuestra tierra es rica, y a todos puede alimentar.
La vida es libre y hermosa, pero hemos perdido el rumbo. La guerra mata el alma del hombre, divide al mundo; nos sumerge en la desgracia y en baños de sangre.
Nuestro conocimiento debe hacernos abundantes.
Nuestra inteligencia, sabios y prudentes.
¿Por qué pensamos mucho y sentimos muy poco?.
Más que guerras necesitamos paz, más que armas, cortesía y bondad.
Los medios de comunicación nos acercan. La naturaleza misma de los inventos busca lo bueno que hay en el hombre. Busca la unión y el vínculo de las almas.
Ahora, mi voz llega a través del escenario. Personas que solo quieren pan y trabajo.
Para aquellos que me oyen les digo: No desesperen, las guerras que nos acechan es tan solo la muerte de la codicia, el resentimiento de hombres, que temen el progreso de la especie humana.
El odio del hombre pasará y los que forman guerras morirán, y la esperanza que nos arrebataron, volverá a las calles y pueblos y la Libertad no morirá.
¡Señoras y señores!, ¡no nos sometamos a las guerras! Bombas que nos lapidan y esclavizan, no quiero que me digan que hacer, que pensar, que sentir, ¡te mato y me matas!, ¡que sentido tiene! inútil carne de cañón!
¡No nos sometamos a esos engendros mitad hombre, mitad máquina con mentes de máquina!… ¡y corazón de máquina!…
¡Nosotros no somos máquinas! ¡ Nosotros no somos ganado! ¡humanidad somos!
Si en nuestros corazones amamos la vida, no vivamos para el odio, no vivamos para el rechazo a todo lo que es natural.
En todos los libros sagrados está escrito: El reino de Dios, Jehová, Abrahán, Jesús, Buda, Alá, Pachamama, está dentro del hombre; no un solo hombre, no un grupo de hombres, ¡sino en todos los hombres y mujeres de la tierra!
Y nosotros, el pueblo, nosotros tenemos el poder, el poder de crear máquinas, el poder de crear felicidad, nosotros somos paz tenemos el poder de hacer esta vida libre y hermosa, de hacer de esta vida, una aventura maravillosa.
Entonces en nombre de la paz, ¡ejerzamos ese poder! Peleemos por un mundo nuevo, un mundo decente que nos dé la oportunidad de amar, que nos dé a todos un futuro.
No dejemos que las bestias lleguen al poder. Siempre mienten y no cumplen sus promesas: ¡nunca lo harán!
¡La guerra hacen esclavo a los que las provocan, y a quien las padece!
¡Luchemos nosotros para cumplir la promesa! ¡Luchemos para hacer al mundo libre! Para acabar con las barreras y fronteras, para acabar con la codicia, el odio, la intolerancia, peleemos por un mundo en que reine la razón, en que la ciencia y el progreso conduzcan a la felicidad de todos los hombres,
¡Amigos! ¡En nombre de la paz! ¡A unirnos todos ya!”
Texto adaptado de la película "el gran dictador"
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