Prólogo, en el camino del arte, por manu medina

En este camino aparecen o huyen grupos de personas que apoyan o rechazan sistemáticamente el trabajo que vengo realizando desde hace años. Unos dicen que esto del teatro Brut es un método, otros que si es un apoyo para desarrollar, explicar y hacer el trabajo en el teatro inclusivo, a otros les da miedo porque no lo entienden, otros lo rechazan porque no quieren salir de su zona de confort, otros porque ya tienen un método establecido y no admiten nada que no sea lo que ya hacen. En fin mucha gente que hace de todo y todos no podemos saber de todo.

 

Nada más lejos de todo eso. De manera instintiva he necesitado a lo largo de mi vida saber/conocer los todos los mecanismos tanto sociológicos, sicológicos, de comportamiento, éticos, etc. que intervienen en los procesos de creación en el arte teatral, mi curiosidad.

 

El placer y deleite de la creación se han convertido en objetivos de corto y largo alcance, para mi es tan noble y necesario como el respirar, y tan es así que la investigación se ha convertido en uno de los mas profundos placeres de mi día a día. La búsqueda de los mecanismos para indagar, escudriñar, examinar, explorar, sondear, y posteriormente anotar y registrar en el teatro inclusivo me han llevado a altas cuotas de felicidad. Todo lo aquí escrito no es más que el resultado de todo lo trabajado en estos tres últimos años. Las distintas, charlas, conferencias he intervenciones en el teatro inclusivo me han conducido a lugares nuevos, a espacios diferentes a culturas diferentes, dese la ciudad de Buenos Aires hasta una pequeña población de Rumania y cerca del mar negro. 

 

El descubrimiento de una mujer que lleva años en el teatro inclusivo con una maestría, conocimiento y estrega inimaginable. La tremenda curiosidad y capacidad de desgranar hasta el más mínimo átomo escénico de una titiritera guarecida por las montañas premio Nacional de teatro, un fotógrafo barba blanca ansioso por capturar una respiración de mas, una compañía de actores con más de cuarenta años en escena, curiosos todos por querer seguir diciendo que no, que no, que no, que se puede vivir mejor, que se puede vivir plenamente en el centro y al borde de un escenario. A todos ellos y a mas van dedicadas estas páginas. Gracias, gracias, gracias y gracias.