Por mas que lo evito mas obligado me hayo, la acción de tener que
escribir siempre me ha sido doloroso, contactar con lo que me pasa, conectar
con aquello que nos hace daño, para luego plasmarlo en el papel no es tarea
fácil, no se escribir de otra manera, no tengo el habito como otros escritores
donde las palabras le surgen desde lo mas hondo de la piel pero también desde
la lo más superficial, el don de relacionar hechos encadenados con otros hechos y donde al final, lo que se ve, es una concatenación de historias e imágenes,
unas tras otras, contando historias, narrando leyendas.
En mi caso la vida no me ha dado ese don, escribir se me antoja
doloroso e hiriente y siempre relacionado con el dolor, la esperanza, la
ensoñación o el mismo abandono.
En estos días estoy escribiendo SANAR un texto donde el personaje
central busca reír, cantar, ser feliz y donde al final se encuentra con unos
personajes un tanto difícil de ser normales, y son estos los que al final le
enseñan que la risa no la había perdido, solo que se le había olvidado.
1 Por el camino se
encuentra a la serenidad, y esta le cuenta que para estar tranquilo tienes que
abandonar el pasado ya que este sólo nos trae recuerdos y momentos ya
olvidados, también nos dice que hay que renunciar al futuro que este solo nos
trae desesperación y muy pocas certezas. Que la única solución esta es percibir
día a día cada momento de tu tiempo, cada instante, cada segundo, asumir el
reto de que la única pertenencia de la que dispongo es este momento, sólo este
instante.
2 Al tiempo aparece
el vuelo vestido de barbas y burbujas, debo saber siempre que para conocer,
estar al tanto, ser fuerte y percibir, sólo tengo que aventurarme y decidir
mover mi voluntad, a atrapar mis pesadillas y convertirlas en deseos.
3. Solo reconocer el
canto, y el maestro de orquesta sin apenas partitura se dispone a darme la
vara, una trova sin sonido, una balada sin nota y una cantinela con sobreros
anchos y altos, para así contigo tararear nuestra biografía.
4. y es entonces
cuando la alegría pasea por nuestros rincones, por nuestra casa, el júbilo se
hace dueño de nuestros movimientos, la dicha un placer interminable. Siempre pasa
lo bueno y lo malo, la alegría esperanza cumplida, sonríe, que la alegría es el
sonido del alma.