Capitulo 2º
¿QUÉ ES EL EGO?
Antes de extendernos con el ego en el mundo del arte debemos saber exactamente de que estamos hablando.
Ego en latín significa “yo”. A lo largo de los años y diferentes autores en psicología relacionan el ego para hacer referencia a la conciencia de la propia persona, la capacidad para que la persona se reconozco a sí misma, percibir la realidad y la propia personalidad. Es decir, el ego se relaciona con lo que la persona entiende como su “yo”.
El ego hace referencia a lo que hemos creado sobre nosotras mismas. Socialmente en ocasiones se utiliza la expresión del ego para hacer referencia a una forma de valoración que la persona hace de ella misma en exceso “Tiene un ego muy grande” “Su ego no la deja ver más allá”. Se utiliza en aquellos casos donde la persona tiende a tener una creencia en la que se posiciona por encima de las demás.
Una de las corrientes de la psicología que más vinculación ha tenido con el ego es el psicoanálisis. De hecho, desde esta perspectiva se entiende este concepto como el “principio de realidad”. Entiende el ego como la suma de nuestras vivencias y la interpretación de las mismas, un sistema de protección que surge desde los primeros momentos de la vida.
Aprender sobre el ego y cómo gestionarlo ayudará a responsabilizarnos de nuestra forma de actuar para así, asumir nuestras reacciones automáticas si ser conscientes de elegir cómo responder. Si vivimos dominadas por el ego estaremos experimentando una distorsión de la realidad basada en lo que nos gustaría que fuera, pero no es.
Conocer si actúas o no domina bajo el ego requiere de un proceso de introspección. De mirar hacia dentro y reflexionar, nn pocas palabras, y desde una perspectiva psicológica, el ego puede definirse como:
• La instancia de la psique que media entre los impulsos internos del interprete, las demandas de la realidad externa y las normas morales, buscando la adaptación y la identidad personal. [Freud, S. (1923). El yo y el ello.]
• Para una comprensión más amplia, también puede referirse al autoconcepto o la autoimagen de una persona, que puede ser un motor de autoeficacia o, si es desproporcionado, una fuente de orgullo excesivo y búsqueda de validación. [Rogers, C. R. (1951). Client-Centered Therapy.] [Holiday, R. (2016). El ego es el enemigo.]
• El ego, tal como lo conceptualizó Sigmund Freud, es una estructura fundamental de la personalidad que media entre los impulsos internos (ello), las normas morales (superyó) y la realidad externa. Su función es esencial para la percepción, el pensamiento, la memoria, la toma de decisiones y la adaptación del individuo al mundo. [Freud, S. (1923). El yo y el ello].
Si bien en algunas corrientes espirituales o filosóficas se habla de "trascender" o "disolver" el ego para alcanzar estados de conciencia superiores, esto no implica su eliminación total en un sentido psicológico, sino más bien una desidentificación de sus aspectos más problemáticos (como el orgullo o el apego a la vanidad) y una reorientación hacia una conciencia más amplia o un "self" más integrado. [Jung, C. G. (1968). El hombre y sus símbolos]. El objetivo no es la aniquilación de la identidad o la capacidad de interactuar con la realidad, sino la educación y gestión de sus impulsos para que sirvan al bienestar y al propósito auténtico del individuo. [Holiday, R. (2016). El ego es el enemigo].
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